Océanos de plástico

Tenerife. Ese día encontramos unas medusas preciosas ( en serio) entre las piedras.
Me gusta eso que veo. El mar de todos los sitios, el de los días claros, y los oscuros, el mar que descansa con su vaivén en la orilla, y el mar que descarga sobre ella su furia infinita, haciendo temblar a la arena. Éste último es el que más he tenido la oportunidad de sentir, por aquello de haber nacido en una isla. Un isla de paisajes violentos como navajas alzadas, que no parecen amistosos ni aunque los bañe el mismísimo Sol y los cubra con los mejores atardeceres. 


Me resulta difícil describir lo que siento cuando el mar golpea tan fuerte la arena que hace que todo tiemble. El ruido es ensordecedor, de hecho nunca he podido dormir en la playa si no me tapo los oídos. No es fácil hacerlo cuando sabes que puede llevarse todo. No es raro, alguna vez me ha pasado; me he despertado asustada porque una ola llegaba hasta el final de la playa y sacudía mi tienda de campaña, llevándose algunas de mis cosas mar adentro, donde nunca más las encontraría. Que nadie piense que hago cosas tan románticas y locas como dormir en la playa, en Canarias es muy común acampar al lado del mar con los amigos. Es algo que he descubierto que no se hace en la península, por ahora.

Estaba más pendiente de las medusas que de cómo quedaría la foto, y quedó así

Aunque por su puesto, también tendrá que ver esa fuerza salvaje, con que yo no hablo de un mar, sino de un océano. No es difícil explicar mi conexión con el agua. Estoy hecha de agua, como todos. El mar es algo que nos calma y  nos devuelve a lo que somos, a nuestra casa. Nos llena de esa energía primaria que encontramos en la naturaleza sin saber qué estamos buscando exactamente. Nuestras raíces están en el fondo de los mares. Por eso no debemos consentir cosas como ésta. Un continente hecho de residuos plásticos que crece en el océano pacífico, y no es el único. En 2012, medía el total de siete Españas juntas. Espero que sepamos valorar que la forma en que tratamos al océano, es un espejo de cómo nos tratamos como especie. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario