Medios y fines

Las recompensas se encuentran al final del camino, dicen. La vida se convierte así en una peregrinación sedienta hacia un fin que ni siquiera conocemos, pero del que esperamos algún sentido revelador, a ser posible positivo. Buena salud, algo de amor, lo que quiera que sea, que sea bueno. Nada de esto sirve si asumes que la mayor certeza de la vida es su incoherencia absoluta y como agravante, te gusta dar vueltas concéntricas.
Pese a todo, supongo no hay que asumir nada, que no hay que dar nada por hecho si se pretende mantener ilusión por algo. Dicen que hay que creer que tras cualquier situación, por penosa que sea, algo bueno vendrá, y aunque nos sintamos ridículos haciendo esto, de hecho es una de las pocas formas que conozco para no caer cada día en una depresión absoluta. Yo pondré la primera piedra de una construcción vital coherente; voy salir a alcoholizarme un poco.
Suerte a todos.


Agobio, que haría yo sin ti

La teoría dice que somos sociables por naturaleza, yo digo que quiero tiempo para practicar la teoría. Así recuperaré mis optimistas reflexiones sobre el sexo y la muerte, y luego, la vida será igual de cutre, pero quedará plasmado aquí, como si fuera algo importante.

Vivir

Ahora que tenemos vidas tan diferentes a las del resto, nos quedan tan grandes que ni siquiera alcanzamos a sentirlas sobre la piel.

Sonreir

Un día le dije que no se preocupara, que quedaban muchas cosas buenas por vivir, aunque ni siquiera yo creí en mis palabras. Dicen que cuando sonreímos, aunque nos sintamos tristes, empezamos a alegrarnos inconscientemente; claro, ese es el plan secreto de casi todas las mentiras.

A veces sueño


A veces sueño con detenerme frente a ti y hacerte entender que estás ante el ser más frágil del mundo, lo malo es cuando me detengo frente a ti y todo eso ocurre de verdad.