Tan sólo una grieta

El Médano, Tenerife (no tengo ni idea de qué estoy haciendo en la imagen)


"There is a crack. A crack in everything. That's how the light gets in".

"Hay una grieta. Una grieta en todo. Así es cómo entra la luz". (Leonard Cohen)

Es otoño. No sé desde cuándo vivimos en él, pero no ha de hacer mucho porque sólo ha llovido un día. También sé que el verano queda lejos con sólo mirar mi piel. He aprendido a vivir sin la luz del Sol. Podría haber pensado incluso que el Sol no existía fuera de estas cuatro paredes, y que no arrancaba la energía de los transeuntes que salen a la calle de una ciudad sin mar. Yo vengo de un sitio en el que siempre hay nubes, y cuesta mirar al cielo, porque la luz blanca hiere los ojos. Pero este verano he pasado las horas encerrada, con las persianas bajadas hasta el anochecer, para que esta casa tan pequeña no se derritiera conmigo. Las he subido cuando he escuchado hacerlo a todo el mundo. A las nueve, mientras replican las campanas alrededor de la Mezquita. A las nueve. Cualquiera sabe que eso convierte a una estación de luz en  una estación de oscuridad, y que la vida sólo se respira de noche. Pero ahora estamos en otoño. Son las siete de la tarde de un jueves, y la última luz del día sigue entrando. La necesito. Necesito abrir más ventanas. Luz, aunque sea el reflejo de un cielo plomizo, será mejor que la oscuridad. Es otoño, la estación en que la primera hoja decide caer del árbol para precipitarse al vacío y llegar hasta la tierra, donde todo comienza.

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